viernes, 5 de octubre de 2007

Rosina Valcárcel, Perú.

Al abrir la puerta


Martes, seis de la tarde el mar está sereno
en la TV no se escucha el Concierto de Aranjuez
tampoco El Pibe de Charles, el grande.
Leo las habituales páginas de mis alumnos
mientras fumo un cigarrillo Inca
que le expropié a mi padre.
A lo lejos un silbo raro, como si alguien
llamara a la puerta de la vieja casa.
¿Será Amadís el que adora la India
o la bella Adriana que volvió de tanto viaje?
Aguardo hojeando una laboriosa caligrafía.

Siete de la noche el mar está movido,
el aroma de sus olas cansadas y su arena humilde,
termino de aprobar las hojas de los estudiantes
mientras acabo el último pucho negro.
Cerca, un sonido extraño como si alguien
se acercara al umbral de la casona de Billinghurst.
¿Será Francisco que decidió hablar
o Leda, la vivaz hija pródiga?
Espero silbando la tonada Para Elisa.

Diez de la noche el mar se ha embravecido
crecen sus olas grises hasta el borde de mi ventana,
ya no tengo qué corregir ni qué libar
sólo una tacita de café que espera.
Desde Barranco un trueno llega a mi puerta
¿Será Odiseo que cambió de parecer
u Ofelia volviendo de las aguas?
Camino hacia el pórtico, veo un perfil oscuro.

Abro suavemente, es un inmenso búho quien me dice:
“La sabiduría llega tarde,a la hora de Atenea, la que heredó mis ojos”.

3 comentarios:

Gloria dijo...

Siempre es bueno leer un texto hermoso de la pluma de una mujer. Gracias Alexander por regalárnoslo. Saludos, Gloria

Diana Ortiz dijo...

algo que recorde al leer esto...
Amaneci soñando
tus actitudes, tu iniciativa
amaneci soñandonos
una aventura, una verdad
amaneci con tu imagen por todos lados
Amaneci!!!...
y alguna vez
amanecermos Otra vez.
P.D.gracias por hacerme olvidar el sueño del ayer.

Julio Carmona dijo...

Rosina Valcárcel es mi amiga, así que no voy a elogiar su poesía (que, por otro lado, se elogia sola). Sólo quiero decir (a los cuatro vientos) que me siento orgulloso de ser su amigo.
Julio Carmona